Desde la Vereda de la Historia
Morla Lynch fue en todo el sentido del término un escritor de diarios; es decir, más que la carrera literaria, más que el diseño de una obra, lo que atraía su interés y lo instaba a escribir era el simple hecho de ser un testigo del paso del tiempo, de las conductas humanas, del aspecto de las ciudades y de los campos. En sus mejores páginas siempre se filtra una curiosidad material por la realidad evanescente, aun cuando se enfrenta a la aparición tumultuosa de los sucesos históricos. Así, se puede detectar la recurrencia de un anhelo: desaparecer para el mundo formal del trabajo,...