Crónicas del Mictlán
Nada hay más terrible en este mundo que sufrir la partida de un ser querido. Recuperarse de tan duro golpe no es tarea sencilla. Hacen falta muchas horas de llanto y meditación para comprender un hecho innegable que en esos momentos es imposible asimilar: aquel que se va ya no sufre más. Aceptar la muerte es la prueba más cruel que enfrentamos en la vida: nos recuerda que no somos eternos, y que el tiempo tarde o temprano habrá de alcanzarnos. Sin embargo, hay una luz al final del camino. Y esa es la promesa de una vida nueva... ***Más de 100 microtextos sobre la superación del duelo...