La imaginación y el poder
Del 68 tenemos la memoria indeleble del sacrificio de los jóvenes en Tlatelolco, así como los testimonios de algunos de los actores. Pero del 68 se nos ha olvidado algo, precisamente lo más importante, justo lo que se quiso ahogar a sangre y fuego: el estallido de vitalidad, de creatividad, de –en una palabra– imaginación que de pronto sacudió a un país autoritario, hipócrita, mortecino y encerrado en sí mismo. El poder mató a los jóvenes y atemorizó al país argumentando que era víctima de una conspiración: a ratos comunista, a ratos de la CIA, a ratos de los “filósofos...