Carlos III

Miguel de Cervantes, a su vuelta del cautiverio de Argel, se gana la vida como funcionario en el laberinto de la corte. Entre sus tareas contrastadas fi guran la de ser discreto correo real en Orán, comisario de abastos, cobrador de impuestos, «juez ejecutor de su Majestad» y, a ratos, escritor en busca de nuevos retos. La leyenda dice que fue en la cárcel, que lo acogió en su laberinto varias veces, donde mayor sosiego encontró para sus aficiones literarias. En estos veinticinco años también tuvo tiempo de tener amores con Ana Franca, reconocer a su hija natural Isabel de Saavedra y...

Toda la poesía de Valdeck de Jesús refleja su notable personalidad y el carácter de su pueblo, de su cultura y de su realidad, galardonadas con un talento divino y una lapidación irreprensible, reflejo de sabiduría y agudeza propia de personas sensibles, altruistas, humildes, sensatas, agradables y comprometidas con las personas y con el mundo, por lo que, os invito queridos lectores a beber del agua más pura y refrescante que aún podéis encontrar en este desierto de injusticias, falsedades e inhumanidades que son los días actuales, leyendo los bellos poemas que el escritor presenta...

Este libro está cargado de sentimientos, recuerdos, fantasía, rabia, emoción y dolor. Por eso expreso y denuncio las barbaridades y atropellos que se producen en esta sociedad tan injusta que me ha tocado vivir. Los acontecimiento de terror acaecidos el día 17 de agosto de 2017, en la Rambla de las Flores, de la ciudad Condal, quedó patente con qué brutalidad fue golpeada la sociedad. Estos hechos me hacen pensar que estamos ante una sociedad enferma,sin valores ni costumbres donde apoyarse. Esa situación les lleva a cometer tantos atropellos y barbaridades, por lo tanto, al no...

"En Atocha pasé una infancia solitaria, estoica y feliz. Yo ahora me explico muchas cosas, cuando recuerdo que a los nueve o diez años subía solo a las gradas de cemento de la Tribuna Este, una hora antes del partido, y me pegaba a las vallas que separaban la zona de pie de la zona de asientos. Allí, ni la gente ni las vigas de hierro me tapaban la visión del campo. Atocha olía a selva. Se mezclaba el tufo fermentado y dulzón del mercado de frutas con el aroma fresco de la hierba recién regada y el humo de los puros. Ese sahumerio tropical aún nos inquieta a muchos, como a perros de...