Cómo llegué a ser la reina del hachís

Francisco Villa (mejor conocido como Pancho Villa), uno de los protagonistas más famosos de la Revolución Mexicana, fue también un bandido. Este es un relato minucioso de esos 16 años que no han sido tan difundidos. Gran parte de este interesante libro contiene material que se da a conocer por vez primera, como: • La correspondencia entre Madero y Villa cuando éste estaba en la cárcel; la de José María Flores para Porfirio Díaz; y la de Enrique Creel para José María Sánchez, entre otros. Además, el autor entrevistó a descendientes directos de personas que conocieron y...

Rafael Nadal ya es a sus 22 años un campeón total. Su poderoso brazo izquierdo ha impuesto su ley en todas las superficies en las que se juega al tenis y se ha encaramado hasta al número uno mundial destronando al suizo Roger Federer en un año mágico en el que ha ganado su primer título en Wimbledon y Australia, el cuarto consecutivo en Roland Garros y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekin 2008. Esta es la historia de un fenómeno, un tenista modelo de deportista que ha triunfado por su mentalidad, disciplina, pasión por el tenis y un comportamiento ejemplar fuera de la...

In the vast array and vitriol of our National Health debate , the doctors voice , especially that of the surgeon , is rarely solicited , and seldom heard . It is mostly the clamor of patients you hear or the rancor of politicians . This compendium of lifetime essays will restitute an imbalance that is long overdue . The collection speaks to how a practicing surgeon really feels about the vital medical issues of our day , and what needs to be done to improve his lifes work and his dedicated care for his patients . American medicine is at a desperate crossroads where the qualitative health of...

Most everyone has experienced a horrific event that left him or her with some sort of scar. Some tragedies, such as that author Jacqueline Worrell experienced, leave physical scars. Others leave, or become, emotional and mental scars. But the truth of the matter is, you have no control over the past and cannot let it dictate your future. Regardless of what has happened, you do not have to become bitter or angry like the person who hurt you. You can be better, if you open your heart and allow God to show you how those scars are a part of his purpose for your life. Join new author Jacqueline...