Fiesta en Teusaquillo

El camino de Narmer hacia el trono de las Dos Tierras. El Alto Egipto está unido bajo la autoridad de Serkhet, el Rey Escorpión, y afianza su presencia y su poder en el sur mientras un rebelde trata de apoderarse del trono. Narmer crece a la sombra de su padre, su manera de gobernar y los planes de este para unir su reino con el centro de poder del norte, el Bajo Egipto. ¿Será capaz Narmer, con la ayuda de su esposa y reina Neithhotep, de derrotar al rebelde que pretende su reino y llevar a cabo los planes de conquista de su padre?

Ha pasado un lustro desde que Raúl Garrido, el director mimado del cine español, rodó su última película. Cinco años desde que tocó fondo y todas las puertas se le cerraron. Cinco años desde que su vida fue comentada, diseccionada y juzgada por la prensa amarilla. Ahora ha vuelto a escena para rodar una serie. Una de categoría B, o incluso C o D, si es que eso existe. Tiene como protagonistas a una vieja gloria del cine, más preocupada por su aspecto que por la calidad de su interpretación, y a un actor desconocido e inexperto, mucho más joven que ella, algo que a la actriz le...

Una mujer abrumada por una guerra que divide el país... Un doctor escindido por la pasión y el deber... Una gran historia de amor entre dos personas orgullosas en bandos opuestos. Nueva Orleans, durante la guerra de secesión. Alaina McGaren, una osada y hermosa joven, se ve obligada a abandonar su hogar tras perder a su padre en la guerra. Viajará disfrazada como un sucio pilluelo hasta la casa de sus tíos. Sin embargo, en el camino conocerá al yanqui que cambiará su destino... La voluntad de la indomable heredera sureña nunca se ha doblegado... hasta que Cole Latimer entra en su...

[...] y entonces la multitud prorrumpió de nuevo en vítores, y un hombre, que se encontraba más exaltado que los demás, tiró su sombrero al aire, muy alto, y gritó (según logré entender): «¡Que levante la voz quien esté a favor del subrector!». Todos lo hicieron, pero no quedaba muy claro si era por el subrector o no: algunos vociferaban «¡Pan!» y otros «¡Impuestos!», mas nadie parecía saber qué era lo que querían en realidad. Yo era testigo de todo aquello desde la ventana abierta del salón del desayuno rectoral, mirando sobre el hombro del lord canciller, quien se...