Madres que protegen a sus hijos, mujeres de compañía que reflexionan sobre la vida, hombres que olvidan a sus seres queridos, parejas que no se comprenden... cada uno de estos relatos es distinto a los demás. Sin embargo, todos ellos tienen en común una simple característica: la reflexión. La vida está hecha para vivirla, pero también para sentirla y comprenderla. De esta forma, cada lector hallará un significado oculto y distinto en cada relato, según su perspectiva. Los abuelos seguirán dando lecciones, los matrimonios acabarán por dar frutos si son pacientes, la soledad...