El fabricante de muñecas

Llega la segunda entrega de «El corazón de un libertino». Una historia ambientada en inglaterra de la época victoriana que comenzó con Un amor inesperado. El destino hará que los caminos de los protagonistas se crucen, pero los oscuros secretos del pasado harán que salga a la luz lo que ambos son capaces de hacer por el otro. Urania Forrester Cabot, americana y hermana mayor de Calíope, huye de Boston en medio de la noche en misteriosas circunstancias. Aprovechando la futura boda de su hermana menor como excusa, busca un nuevo comienzo al otro lado del océano, lejos de la pesadilla...

Una novela conmovedora y aterradora, aunque en última instancia, tremendamente inspiradora. En Washington todo el mundo conoce a Maddy y a Jack Hunter. Maddy es presentadora de televisión, galardonada con varios premios, y Jack, el jefe del canal donde trabaja y asesor del presidente. A todos les parecen la pareja ideal. Pero tras las puertas de su lujosa casa se encuentra una realidad bien distinta. Jack siente envidia y resentimiento por el éxito de su esposa e intenta controlarla y humillarla. Las heridas no son visibles, pero el daño que le hace es cada vez más profundo, aunque Maddy ...

—¿Y qué me dices del roce? —¿El qué? —Sí, eso de «el roce hace el cariño». —¿De verdad?, ¿tú quieres solo cariño en tu vida? —Bueno, es un comienzo. —No es un comienzo. Es una aceptación de algo que no va a ocurrir. Elena Peral Simonet nació en 1972 en Madrid. Estudió Magisterio de Educación Infantil y se dedicó a la docencia durante años. Si bien su afición a la lectura no llegó hasta bastante tarde, desde muy pequeña escribió pequeños cuentos, relatos y poesías que aún conserva en algún cajón de su memoria. Dejándote ir no es su primera novela, pero...

Mi idea de la escritura se puede resumir en una frase. Uno ha de escribir para los jóvenes de su generación, los críticos de la siguiente, y los maestros de escuela de todas las generaciones posteriores. Carta a la Asociación de Libreros, 1920 Letters, pp. 477-478 ** No paro de pensar en el prólogo de Conrad a El negro del Narciso. Creo que lo importante de una obra narrativa es que perdure: no me importaría que el final de esta novela no produjera ningún efecto en el lector actual, con tal de que dejase huella al cabo de los años, mucho después de que el autor hubiese caído en el...