La profecía de Gaia

Tras librarse de una acusación terrible, sir Jaymes Markham ha levantado un ejército de caballeros solámnicos para proteger Occidente de la invasión. El oeste de Solamnia se ha liberado de las hordas de bárbaros y Markham lidera las órdenes de la Rosa, la Corona y la Espada. Sin embargo, la ciudad de Solanthus sufre un duro sitio y su situación es muy grave. Mientras los ejércitos de Solamnia y de los bárbaros se enfrentan a la sombra de la muralla de Solanthus, una hermosa y apasionada hechicera deberá elegir entre las exigencias políticas y las de su propio corazón.

Isaías Ramos García nació el 30 de Enero de1972 en Motril, Granada, España, donde pasó su infancia y adolescencia. Realizó estudios universitarios en la facultad de Filosofía y Letras de Granada, Filología Inglesa, amén de aprender otros idiomas como alemán y chino. Obtuvo la licenciatura en 1996. Posteriormente realizó trabajos diversos que no requerían preparación universitaria, de los que extrajo experiencias vitales que luego inspirarían su ego literario. En 2005 decidió hacer sus primeros pinitos en la literatura, escribiendo su primer libro, una autobiografía que llegó...

Strange, twisted carvings and hideous gargoyles adorn the palazzo of the great Scarletti family. But a more fearful secret lurks within: every bride who enters its forbidding walls is doomed to leave in a casket. Nicoletta knows all too well the curse that plagues the house of Scarletti; she believes her miraculous healing gifts set her apart.

«Este es un libro de crónicas de viajes, y pertenece, por lo tanto, a un género literario antiquísimo pero quizás el más susceptible de quedar personalizado por el escritor, porque éste ahí expone inevitablemente su yo en el encuentro con cada mundo que visita y cuando cuenta lo que vio y oyó, y también la historia de los adentros de las tierras, porque todo esto siempre se hace según lo que se lleva en las alforjas. [...] Nadie se va a encontrar después de la lectura de estas crónicas sin saber un poco más de bastantes cosas, sin recorrer una hermosa escritura, sin haber visto...