Poética para acosadores

Relatos urbanos o literatura urbana, como algunos la llaman, llevan al lector a vivir y conocer las facetas de los personajes desconocidos, pero que a diario circulan por las agitadas calles de una gran ciudad como Bogotá. Uno de tantos remite mensajes de correo electrónico a una mujer que habita en un país del norte; le cuenta sobre lo que acontece en la ciudad en medio de un cerco que ésta vive por fuerzas hasta ahora sin identificar.

Estoy en Prillon Prime para una fiesta sorpresa. ¡Yo, una chica soltera de la Tierra, soy una invitada de la reina! Lo que quiero es vestirme bien y divertirme, no trastabillar y caer en los brazos de dos de los guerreros alienígenas más ardientes que he visto en mi vida. Lo que pasa en Prillon Prime se queda en Prillon Prime. Antes de que me toquen les dejo claro que no estoy buscando a un compañero, y mucho menos dos. Tengo que volver a La Colonia, mi vida está allí. Pero los guerreros prillón tienen fama de luchar por lo que quieren. Por lo visto, lo que estos dos quieren… soy yo. ...

«Se os pide que reunáis y organicéis a todos los hermanos con los que podáis dar en Ultramar, y que ideéis un plan para acometer una excavación en las ruinas del Templo del rey Salomón a fin de desenterrar el tesoro oculto que según la Tradición allí descansa.»

Dos seminaristas que, en el último momento para su ordenación, su confesor y guía espiritual descubre que no creen en Dios, sino que tienen una fe cultural. La diócesis decide remitirlos a un anciano monseñor, que vivía sus últimos días en un asilo, en absoluta santidad, para que intentara inculcarles la fe o conducirlos a un buen camino. El monseñor Santiago Alonzo, utilizando el método de la parábola que usó Jesucristo con los apóstoles, contándoles pequeñas historias para reflexión del sentido de la vida, procuraría que los dos seminaristas encontraran un buen camino. El...