A fe mía

Corría abril de 2017 cuando tras una charla informal del secretario de Ahalbidetu, Javier Vitoria, creí llegado el momento de disipar la brumosa niebla que envolvía mis convicciones para dejarlas al descubierto. La tarea tenía su complejidad porque no es sencillo hacerlo sin un profundo diálogo con las problemáticas y circunstancias en las que se desenvuelve la vida ordinaria. Durante unos meses fui identificando áreas, temáticas que debía desbrozar, limpiar de matojos para clarificar las ideas. Reunidas las piezas del puzzle debía ordenarlas, clasificarlas y colocarlas en el orden...