Diario de una chica normal - En casa de los primos (Libro 2)

Una novela espacial, para niños de 10 años, escrita con un rigor increíble, que permite conocer el sistema solar de una forma envidiable. La tierra está tan contaminada que se llega a la conclusión de que hay que buscar otro planeta donde la humanidad pueda empezar de nuevo. Con esta esta misión, un científico, una piloto y un niño de cada contienente despegan hacia el espacio en la nave Mariposa, en un viaje que les permitirá conocer los planetas que componen el sistema solar. Después de muchas peligrosas aventuras, logran volver a la Tierra con un mensaje muy claro y ecologista...

Cuando los planetas estaban a punto de apagarse en su infinita soledad, apareció Sol para calentarlos y devolverles su color. Uno codiciaba ser el primero en estar a su lado para recibir más calor, pero otro no lo permitió y le hizo daño, provocando la partida de Sol... ¿Serán capaces de resolver este caos? La colaboración de todos y la brillante idea de uno de ellos harán que el universo recupere su luz.

Take an ordinary, everyday kind of errand, add one little girl with a big imagination and the result is not just a trip to the store but a whole world of possibilities. Shau-yu is simply on her way to buy eggs for dinner's fried rice, yet she takes the reader on a journey filled with adventure and imaginings. Taiwan's traditional stores may be foreign to American readers, but Shau-yu's afternoon walk shows us all that imagination is universal.

De la autora ganadora del Premio Gran Angular 2015 por El año terrible. Una historia con licencia para las travesuras. Los papás de Lenny, un niño súper travieso, siempre le decían que lo iban a mandar allá lejos si no se portaba bien, Y SE LO CUMPLIERON. Querían vacacionar a gusto sin que les diera lata, así que Lenny fue a parar durante todo el verano a un orfanato muy locochón. Tras la sorpresa inicial, Lenny y sus nuevos amigos se dan cuenta de que ahí hay gato encerrado, pues todo funciona al revés y pueden hacer diabluras cuando quieran. No se parece nada a un orfelinato...