El zorrito abandonado

Frente a la fuente de deseos, Emilio tiró una modena y, cerrando los ojos, pidió tener una mascota. ¡Pero una de verdad! Ya estaba harto de pedirle a sus papás que le compraran una y que su mamá siempre le contestara ¿Para qué más mascotas? Ahí tienes los peces que te compré en la tienda. Emilio no podía entender por qué su mamá le llamaba mascotas a unos (bichos) que vivían prisioneros en una pecera, que abrían la boca sin hacer ruido y que, para colmo, no podía acariciar.

¡Un nuevo SUPERLÍO de Clodett a la vista! ¡No podrás parar de reír! ¡Hola, clodettamis! No me lo puedo creer: ¡H y yo cumplimos UN MES! Para celebrarlo quiero hacerle el mejor REGALO del MUNDO, pero para conseguirlo tenemos que irnos a... ¡IRLANDA! Se han apuntado todos mis AMIGOS, así que ¡nos vamos de RUTA en caravana! Aunque eso de orientarse no es lo nuestro... ¡y lo único que encontramos son LÍOS por el camino! ¿Conseguiremos llegar a nuestro DESTINO final? Lo habéis adivinado: ¡SUPERLÍO A LA VISTA!

Existe una sola razón para que Elisabeth Sturm no regrese a Colonia, y, además, tiene un nombre: Colin. Un chico arrogante, inaccesible y por desgracia increíblemente atractivo que le propone un acertijo tras otro, mientras ella trata de resistirse a su oscura aura y a la fascinación que despierta en ella. En vano. Muy pronto, Ellie descubre que a Colin le unen más vínculos con su familia de los que jamás habría imaginado. Leo, su padre, oculta un secreto que no solo convierte a Colin en su más acérrimo adversario sino que llega a poner la vida de su propia hija en serio peligro....

Tra-la-laaa! Captain Underpants is back in an all-new epic adventure that's the zaniest, funniest, outrageousest, and time-travelingiest yet! In this ninth epic novel, Dav Pilkey takes readers back in time to the carefree days of kindergarten, when the worst thing George and Harold had to face was NOT evil mad scientists or alien cafeteria ladies but a sixth-grade bully named Kipper Krupp, the nephew of their school principal. And because George and Harold don't actually invent Captain Underpants until fourth grade, the two clever kindergartners are on their own -- using their brains to beat...