La heredera del mar

Hay sentimientos que no se pueden negar... aunque sean sentimientos prohibidos Acababa de enterrar a su hermano cuando un momento de dolor y confusión desató la pasión entre Sawyer Riggan y su cuñada, Lynn. Fue un encuentro increíble que ninguno podría olvidar... Lynn creía que su marido sólo le había dejado varias cuentas bancarias vacías y varias burlas crueles que había leído en su diario, pero quizá hubiera algo más creciendo en su interior. Quizá el matrimonio de conveniencia que Sawyer le proponía no fuera tan descabellado, sobre todo teniendo en cuenta la pasión que...

¿Embarazada? Unos segundos después de firmar los papeles del divorcio, Marianna Landis se desmayó. Atónito, su ahora ex marido, Sebastian, descubrió que Marianna estaba embarazada. De dos meses, porque exactamente dos meses antes tuvo lugar su último y apasionado encuentro. Sorprendido de que su mujer siguiera queriendo separarse, Sebastian juró hacer lo que hiciera falta para recuperarla. La seducción había funcionado una vez... y haría lo que fuese necesario para que funcionase de nuevo, porque Marianna estaba esperando un hijo suyo y un Landis siempre conservaba lo que era suyo.

La había elegido por trabajo... pero iba a seducirla por placer Nick Papaeliou siempre salía con mujeres despampanantes, por eso era un completo misterio que se sintiese atraído por la desaliñada Rose. Quizá le atraía porque no había caído rendida a sus pies. Rose detestaba a su arrogante jefe, pero necesitaba aquel trabajo. Entonces él se empeñó en seducirla y Rose empezó a sentir que le flaqueaban las fuerzas. No dejaba de recordarse que, en cuanto hubiese conseguido sus propósitos, la abandonaría. Pero Nick iba a llevarse una buena sorpresa porque bajo aquella ropa sin...

"La novela de Sylvia Molloy, sabiamente narrada en presente y en tercera persona, produce un efecto de intimidad que es único y es inolvidable. La historia se construye desde tan cerca que nos da la sensación de estar espiando una escena prohibida, y el efecto de verdad -la certeza de que la historia es cierta y ha sucedido tal cual se cuenta- es tan nítido que leemos En breve cárcel como si fuera una autobiografía. La novela se instala en el presente porque el presente es el tiempo de la pasión, y trata de no salir del cuarto donde se espera -o se desea- que vuelva a suceder lo que ya...