Susan Sontag, nacida el 16 de enero de 1933 en Nueva York, fue una influyente escritora, crítica y teórica cultural estadounidense. Su vida y obra dejaron una marca indeleble en el pensamiento contemporáneo, enfocándose en diversas áreas como la literatura, la fotografía, el cine y la política. Desde joven, Sontag mostró un interés por la literatura y el arte, lo que la llevó a estudiar en la Universidad de Chicago y más tarde en la Universidad de Harvard, donde se graduó con honores.
En el transcurso de su carrera, Sontag se convirtió en una figura polarizadora, conocida por su estilo audaz y su enfoque crítico hacia cada una de las áreas que exploraba. Su primera obra, Notas sobre el camp (1964), desafió las nociones convencionales de estética y cultura, explorando el concepto del "camp" como una forma de arte y una forma de vida. Este ensayo no solo cimentó su lugar en el mundo literario, sino que también se convirtió en un texto fundamental para el movimiento queer y la crítica cultural.
A lo largo de su vida, Sontag publicó numerosos ensayos y libros que abordan cuestiones políticas y sociales. Su trabajo más conocido, En enfermedad y en la guerra (1978), reflexionó sobre la experiencia del sufrimiento y la enfermedad, especialmente en el contexto del sida, de la que Sontag hablaba abiertamente, incluso cuando la enfermedad era estigmatizada. En este sentido, Sontag se convirtió en una voz pionera que defendió los derechos de las personas afectadas por el sida y abogó por un enfoque más humano y compasivo hacia la enfermedad.
La obra de Sontag no se limitó a la literatura crítica; también fue una prolífica traductora y directora de teatro. Su capacidad para amalgamar diferentes disciplinas artísticas le permitió explorar temas complejos de maneras innovadoras. En Sobre la fotografía (1977), Sontag examinó el impacto de la fotografía en la percepción de la realidad, cuestionando cómo las imágenes pueden transformar nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos. Este ensayo es considerado un texto clave en la teoría visual y en los estudios sobre medios de comunicación.
En el ámbito del cine, Sontag escribió numerosos artículos y críticas, defendiendo la idea de que el cine es una forma de arte que debe ser tomada tan en serio como la literatura y la pintura. Su ensayo La estética de la resistencia (1979), aunque se centra principalmente en la obra de otros cineastas, permite vislumbrar su profunda apreciación hacia el séptimo arte y su poder para reflexionar sobre la condición humana.
Sontag también fue una activista política comprometida. A lo largo de las décadas de 1970 y 1980, se pronunció contra la guerra en Vietnam y estuvo en contra de las políticas estadounidenses en América Latina. Su activismo y sus escritos a menudo se entrelazaban, y su voz crítica se hizo escuchar en temas de derechos humanos y justicia social en múltiples ocasiones.
La vida personal de Sontag fue también fascinante y a menudo tumultuosa. A lo largo de su vida, mantuvo relaciones con varias figuras prominentes del arte y la literatura. Estuvo casada brevemente con el escritor Philip Rieff, con quien tuvo un hijo, David Rieff, quien también se ha convertido en un escritor y editor reconocido. Sontag tuvo una vida amorosa complicada y relaciones con diversas mujeres y hombres, lo que se convirtió en un tema recurrente en sus escritos, donde exploraba los vínculos entre el amor, la creación y la identidad.
En 2003, Sontag fue diagnosticada con leucemia, y aunque luchó contra la enfermedad, continuó escribiendo y trabajando hasta el final de su vida. Su último libro, Sobre la enfermedad, publicado en 2001, fue una reflexión profunda sobre su experiencia con la enfermedad y la muerte. Susan Sontag falleció el 28 de diciembre de 2004, pero su legado sigue vivo, influyendo en generaciones de escritores, artistas y pensadores.
En resumen, Susan Sontag fue más que una escritora; fue una pionera del pensamiento crítico, una voz inquebrantable en la defensa de la creatividad y la emoción humana. Su obra sigue siendo un faro de reflexión y desafío, recordándonos la importancia de cuestionar el mundo que nos rodea.