Temiendo al motero

«Naturalmente, esto no es una novela sino la purga de mi corazón»: las palabras no son de Karl Ove Knausgård, pero, a la luz de Mi lucha, podrían muy bien aplicársele. Y es que su serie de «novelas de no ficción» autobiográficas es tan catártica para el que la lee como lo fue para quien la escribió: es la inmitigada franqueza sin filtros del que pone su vida entera en juego la que, al vibrar en la página, reverbera más allá de ella. Corre el tiempo, cambian las edades, los escenarios; y cuando se abre Bailando en la oscuridad, el cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgård...

¡Hola! ¿Qué tal estás? Perdona que me dirija a ti directamente pero este libro que tienes entre manos es un portal que hace que tú y yo, en este preciso instante, compartamos tiempo y lugar. Sentémonos, pongámonos cómodos y charlemos de lo humano y lo divino, del amor, la amistad, el paso del tiempo, la lucha contra nuestro propio ego. Compartamos alegrías, tristezas, enfados, tormentas y ya en calma, encontremos esperanza entre tanta desesperanza. Porque eso es EMPO, el tiempo sin ti que comparto contigo. ¿Te vienes?

Sinopsis: Faren no cree que su corazón pueda romperse más hasta que Mick descubre su secreto manchado de la peor manera posible. Faren recoge los restos destrozados de sus emociones y avanza con un plan desesperado para recuperar a Mick que no implica ni un centavo de sus miles de millones. Cuando Faren ve que lo que queda de su vida se junta con una sincronicidad con la que solo puede soñar, sucede lo inesperado con Jay, y debe jugar al filo del engaño una vez más. ¿Puede atar este cabo suelto final y recibir el dinero de ese último baile abortado antes de que expire la cuenta...

¿Se convertiría aquel matrimonio de conveniencia en uno de verdad?Después de un nuevo escándalo, lo único que Stefanie Ferguson podía hacer para salvar la carrera política de su hermano era casarse. Por suerte, el mejor amigo de este estaba dispuesto a ayudarla. Hasta aquel momento, Emmett Keaton había distado mucho de resultarle siquiera simpático. Sin embargo, inesperadamente, tras los votos que intercambiaron, se desató entre ellos una pasión que ambos parecían haber estado negando durante largo tiempo.