El mono feliz
El cerebro toma la mayor parte de las decisiones sin que seamos conscientes de ello, y todos nuestros pensamientos están condicionados por una subjetividad tan fuerte que puede que ni tan siquiera nos percatemos de ella. Así, la memoria nos engaña: evoca el pasado, pero reconstruye e inventa detalles, aunque siempre consigue que nos creamos la información que nos proporciona. Y cuando nos cruzamos con alguien por la calle, nuestro cerebro ya ha decidido, sin que lo advirtamos, si supone una amenaza o no. También estamos preparados para la empatía, para entender a los demás y compartir...